¿Qué importancia tiene el autocontrol? Si pensamos en su opuesto, se ve con con claridad: si no nos auto-controlamos, nos controlará algo o alguien: una situación de presión, una persona manipuladora, la agresividad, la pereza, una droga… Nos referimos a un control de tipo psicológico, a un control de nuestros sentimientos y emociones.
¿Qué sentimientos hay que controlar?
La cosa es compleja, porque un mismo sentimiento pude ser útil o destructivo en algún momento. La agresividad puede ser válida para superar un obstáculo, pero también puede destruir cosas valiosas: una relación, un bien valioso, o a una persona. Por otro lado, si no sintiéramos miedo moriríamos pronto por temerarios. Igual nos daría bajar por una escalera que por la ventana.
Tradicionalmente el Cristianismo y otras religiones hablan de templanza como el valor que lleva al control de los apetitos y los placeres, que permite no caer en los excesos que perjudicarían a la vida de las personas. También se relaciona con la serenidad, que es la cualidad que nos permite percibir los riesgos y oportunidades.
No todos los sentimientos necesitan ser controlados, pero sí es necesario el control total o en parte de aquellos que en caso de dejarnos llevar por ellos, nos causarían un problema.
Autocontrol es elección del comportamiento.
Hay algo que los psicólogos tienen claro: es muy difícil controlar lo que se siente, al menos a medio plazo, pero es más fácil elegir lo que haces con lo que se siente.
Vivimos siempre en un situación de continuos estímulos que nos influyen y nos incitan a actuar. El autocontrol permite la elección del comportamiento que queremos, creando un espacio de reflexión, de libertad, entre el impulso que no siempre nos favorece, y la acción.
Vamos a ver un esquema de lo que hablamos:
Comportamiento sin autocontrol:
Sentimiento >> Acción
Comportamiento con autocontrol:
Sentimiento>>Inhibición>>Reflexión/rebatimiento>>Acción.
Vamos a ver un ejemplo:
Felipe empieza a trabajar en una empresa. Aún a pesar de que está formado tiene muchas dudas sobre aspectos de su trabajo, y siente miedo de preguntar por si piensan que no sabe, o que es tonto. El miedo le lleva a quedarse callado, y a evitar el contacto. Lo cierto es que esta situación le acaba perjudicando, porque al final sus propios actos muestran su desconocimiento.
Aplicamos el esquema nocontrol/autocontrol:
Comportamiento sin autocontrol:
Miedo >> no pregunta
Comportamiento con autocontrol:
Miedo (sentimiento) >> no se deja llevar (inhibición) >> es mejor preguntar, no todo lo puedo saber. Ya aprenderé. No voy a preguntar siempre (reflexión/rebate el sentimiento) >> pregunta (acción).
Autocontrol es liberarse de la tiranía del impulso.
Podemos crear un espacio entre el sentimiento y la acción, si es necesario, que nos permita valorar y elegir el comportamiento más adecuado. Unas veces será dejándonos llevar, y otras buscando alternativas al impulso. Dejarte llevar por lo que sientes no es necesariamente la mejor opción, si hacerlo te lleva a estar peor que antes de actuar. Es, posiblemente, el lugar conseguido donde habita nuestra humilde y necesaria libertad.
¿Y que hay de los buenos sentimientos, como la alegría? A esos hay que seguirlos, porque es el indicador de que la vida lleva el rumbo correcto.
Cuando el hombre se siente capaz, se alegra.
Baruch Spinoza.
Para saber mas: El Aprendizaje de la sabiduría. José Antonio Marina. Editorial Ariel.